30º en Madrid. La noche se desviste del ruido para dejar que los sueños recorran sus calles. David J. Harrington toca su trompeta acompañando a una cantautora mexicana de voz quebrada por el agave y las noches mágicas. En mi habitación suena "florecer", su melodía me transporta al lugar donde nacen todas las promesas y a veces, solo a veces, comienza algo sincero y distinto.
¿Cuántas veces perdimos el tiempo? ¿Cuántas veces regalamos las miradas a quien no se las merecían? Supongo que así es esto de las emociones, flechas que se disparan con o sin acierto, pero que un buen arquero no puede dejar de disparar.
Y ahora me planteo, ¿Qué hago yo aquí?. En mi habitación sudando sin sudar, pensando en un mañana que probablemente no volverá, dejándome la piel por florecer, por atraer los sueños de las calles y dejar que entren todos por mi ventana; por retomar las promesas, que a veces, solo a veces, comienzan algo sincero y distinto.
Tiempo perdido
Podría sumergirme contigo
en aguas profundas sin necesidad de salvarme.
Podría besarte, colgarme de tu pecho
Y devorarte hasta desaparecer
entre los pliegues de tu piel.
Podrías ahogarme con tu sábila,
desear lo prohibido y enloquecer
con cada uno de tus gemidos.
¿Podría, podrías, podríamos...?
Sentirnos sin más,
y sin tanto tiempo perdido.
Mi otro yo simulado de venta en las mejores plataformas y tiendas.
El corte inglés
Casa del libro
Siempre es buen momento para que las musas lleguen y te recuerden que sigues vivo.
Escucha la canción completa en...
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