Cuando no estás las horas son tan efímeras
que las manecillas de este reloj se detienen
en tu ausencia.
Cuando no estás te abrazo fuerte en mi mente,
y dibujo un manto de flores sobre mi cama
que nos sirva de cobijo cuando regreses.
Cuando no estás desaparecen las nubes,
la lluvia cesa y los gorriones dejan de cantar.
Cuando no estás el invierno desolador
se hace con mi cuerpo que espera
un principio sin final, una noche eterna.
Cuando no estás me canso de pensarte,
me canso de olvidarte.
Cuando no estás las horas son tan efímeras
que las manecillas de este reloj se detienen
en tu ausencia.
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