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Hello World

Me siento afortunada de despertar en una realidad que me permite pensar. Desde pequeños nos enseñan a ser políticamente correctos. Es un consejo de abuelos, abuelas, padres, madres... Nuestros queridos mayores que con su experiencia tratan de protegernos, ya que ir en contra del orden establecido, te hace coleccionar enemigos. Pero es imposible mantenerse al margen de actos que atentan contra los derechos humanos.


No existe el mundo perfecto, pero si podría existir un mundo donde conviviésemos a pesar y con nuestras diferencias. Desgraciadamente, siempre habrá algún desalmado que se aproveche de los más débiles, algún desalmado que se ría de todos.


La transigencia parece que queda para los mismos, para los que de una forma u otra estamos sometidos, para una clase frágil que camina hacía el trampolín de las diferencias. Nosotros sí, nosotros tenemos que ser correctos, transigentes, benévolos; nosotros tenemos que apoyar todas las garantías sociales a base de esfuerzo; debemos comprender que los alquileres suban y los salarios bajen. Nosotros si debemos asumir todas las obligaciones como ciudadanos.


El poder corrompe incluso antes de tenerlo. El poder crea monstruos políticos.

¿Y qué son los político?. Son personas como tú y como yo al servicio de la ciudadanía, esta frase sería perfecta si reflejase la realidad. Los políticos son funcionarios que disfrutan de una vida acomodada, mientras aquellos que les han votado hacen colas en los comedores sociales o en las puertas del servicio público de empleo.


No nos engañemos, el lobo siempre es el lobo y está al acecho; se vista de azul o rojo, transita por praderas en busca de nuevas víctimas. Y cuando se termine el suculento festín, recibirá una pensión vitalicia. ¡Calma! porque nosotros, el pueblo, debemos ser transigentes y respetar las leyes tanto como lo hacen ellos.


Me siento afortunada de despertar en una realidad que me permite pensar, hay tantas personas en el mundo que ni siquiera tienen la posibilidad de hacerlo. Me siento afortunada de vivir en una democracia controlada donde desde pequeños nos enseñan a ser políticamente correctos.



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