Hace unos días sentí la necesidad de viajar al interior de mis emociones, y me vi sentada a la orilla de un río hablando con un viejo amigo. De nuestro discurso tomé unas pinceladas e hice este pequeño relato.
《L'amour est une rose
Chaque pétale une illusion
Chaque épine une réalité.》
Charles Baudelaire
“Comienzo declarando al lector que, en todo cuanto he hecho en el curso de mi vida, bueno o malo, estoy seguro de haber merecido elogios y censuras, y que, por tanto, debo creerme libre. “ — Giacomo Casanova
Un viaje suspendido en el tiempo me hace enfrentarme a la verdad más idiota del ser humano, descubrir que el alma no evoluciona me somete a un encierro voluntario para proteger mi identidad.
El amor sigue aprisionado, sin aire que respire su nombre. Tratamos de separarlo de nuestros instintos, alejarlo de nuestra esencia nos hace sentir fuertes. Asistí a una exposición de preguntas y respuestas cargadas de intenciones arbóreas que me llevaron a otra época, me llevaron a recordar las palabras de un viejo amigo, el profesor que curaba los males de espíritu con su sabiduría.
“Ama intensamente como si fuese la última vez que pudieras hacerlo. Después las sombras te harán caer en el olvido de las sábanas, y el placer será enturbiado por la vejez de tu cuerpo”.
― ¿Y qué ocurre si daño? ― Le pregunté temeroso.
― ¿Dañar? ¿Por qué piensas en dañar? ¿A caso cuando podas un rosal, haces daño a las rosas?
―Amigo, las rosas se protegen con espinas. No quiero dañarlas pero tampoco quiero dañarme. Sinceramente, si por amar con el alma descubierta y la piel en llamas daño, es mejor dar un paso atrás y seguir mi camino.
―Será tu decisión. Pero también comprenderás que la rosa que no guarde sus espinas para un rival mayor, no merece el universo que le estás creando. Comprenderás que os separan siglos de sensibilidad, y que el amor con temor, no es amor, sino algo tan banal que no merece la pena vivirlo. La ecuación química tendrá un resultado devastador, y es que no existirá la reacción que convierta tus palabras en ríos de agua. Los valles se secarán y el amanecer no despertará buscándola. Mi consejo es que explores cada poro de piel, que entregues lo mejor de ti. Hazles comprender que el sexo nos vincula sin obligaciones; es un vínculo carnal que se vuelve caricia tras cada encuentro. Si no entienden tu manera de amar, no podrás hacerlas sentir plenas, porque las sombras de sus prejuicios revolotearán alrededor de sus cabezas como moscas hambrientas de cordura.
Tras mi regreso de aquel místico viaje interior, me autoconvencí de amar libremente, sin miedo a las derrotas, como si el mañana no existiese.
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